El exceso de velocidad y el uso irresponsable de un vehículo motorizado es una combinación criminal. Un ciudadano que se aprestaba a subir a su bicicleta fue embestido este 10 de noviembre por un auto, de placas GRS-6986, que, circulando en contravía, se subió a la acera y lo impactó. Quedó aprisionado entre el carro y un camión. Ocurrió en la provincia de Santa Elena.
Según testigos, Néstor Michael Pilay Lino, quien conducía el automóvil, tenía aliento a alcohol. Además, su licencia de conducir estaba caducada, según se informó a Masa Crítica Guayaquil.
Atentados como estos muestran, una vez más, que el exceso de velocidad es la principal causa de atropellamientos y asesinatos de ciclistas y peatones. Sí, asesinatos. Por más que el conductor salga de su casa sin la intención de matar a nadie, al usar irresponsablemente su vehículo, lo convierte en un arma mortal.
De ahí la necesidad de trabajar en la educación vial y los controles de autoridades para impulsar la reducción de estos hechos. No podemos seguir priorizando nuestras vías para los vehículos motorizados sino que deben ser pensadas para las vidas humanas. Hoy lamentamos que la integridad de un peatón y ciclista se haya visto violentada por un conductor irresponsable, de los que no entienden quién tiene prioridad en las ciudades.
Masa Crítica Guayaquil 
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