Después que el gobierno ha restringido la circulación vehicular, se presentan casos de vehículos que circulan en días no correspondientes a su número de placa, algunos medios de comunicación y ciudadanía en general hacen eco de este suceso mediante críticas con el argumento de más fácil explicación además de ser el más difundido “el guayaquileño es indisciplinado” pero ¿habría otro problema de fondo que tal vez nosotros no hayamos analizado aún?
En los años 60 la ciudad de Curitiba en Brasil se veía amenazada por su expansión demográfica, el alcalde de ese entonces Ivo Arzua encargó a la Universidad Estatal del Paraná el Plan Maestro de Urbanismo donde un joven arquitecto, Jaime Lerner, lideraría el equipo técnico. En aquel tiempo, el común modelo de planificación urbana enfocaba la concentración de negocios y servicios en el centro de la ciudad mientras las áreas residenciales se alejaban del centro, la movilización no era un asunto de importancia puesto que el auto era el sinónimo de éxito y libertad, habían buses de transporte y la contaminación atmosférica no era algo de interés, mucho menos el uso de energía.
Lerner, tuvo una visión alejada del modelo tradicional donde no apostaba a la ampliación del sistema de transporte de acuerdo al crecimiento de la ciudad, sino por el contrario, a la ciudad en función al sistema de transporte, el mismo que estaría rodeado de edificios que albergarían negocios, servicios y residentes en el mismo entorno. Este modelo de diseño urbano es lo que se conoce hoy en día como “Mixtura de Uso de Suelos”

Una alta densidad urbana o alto número de habitantes por kilómetro cuadrado, asegura que esa área urbana disponga de negocios y servicios, puesto que según la lógica del mercado un inversionista abrirá negocios donde haya clientes en potencia, negocios que anulan la necesidad del desplazamiento de largas distancias, dinamiza la economía de la zona con un ahorro de gastos en movilidad de los residentes y desalienta el uso del automóvil, por lo que la contaminación atmosférica y sonora decrecerá.
Un dato interesante es el de un estudio realizado en el 2013 en la ciudad de Los Ángeles (Reducing Crime by Shaping the Built Environment With Zoning) el cual determinó que las ciudades con mixtura de uso de suelo tienen menos índices delictivos debido a que la vigilancia colectiva, disuade a la criminalidad

¿Es posible reinventar el modelo urbano de Guayaquil actualmente?
Remontémonos al año 2016, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, lanzó la propuesta de integrar 9 manzanas comunes en cuyas intersecciones haya prioridad a peatones, bicicletas y limitando el flujo vehicular, este nuevo modelo se denominó “supermanzanas”. Como era de esperarse, obtuvo la aprobación de algunos pero también la desaprobación de otros, quienes veían al nuevo diseño como un incremento de tiempo en caminatas y entorpecimiento de movilidad vehicular dentro de la supermanzana, precisamente lo que el proyecto deseaba: desincentivar el uso del vehículo. Hubo aspectos positivos como el aumento de ventas en los negocios internos, el uso del transporte público y se espera que en las próximas supermanzanas se amplíen el número de ciclovías, el espacio para arbolado urbano y como corrección a errores, incorporar la participación ciudadana para hallar consensos en sus nuevas supermanzanas.


Muy pocos líderes habrían arriesgado su imagen política con un cambio tan abismal e innovador donde no faltaron las críticas de todo tipo, sin embargo el mismo Jaime Lerner, quien llegó a ser alcalde de Curitiba en tres períodos lo dijo en una conferencia en Buenos Aires en 2010 “una ciudad puede mejorar su calidad de vida significativamente en menos de 3 años, pero es necesario voluntad política, solidaridad, estrategia y sobre todo corresponsabilidad” Barcelona lo demostró en el 2016.