José Ignacio Zambrano Cabrera conducía el vehículo que cayó sobre un abuelo y sus dos nietos, que esperaban en la acera. Tenían previsto andar en bicicleta en la ciclovía de este sector del norte de Guayaquil.
El exceso de velocidad volvió a dejar víctimas en Guayaquil este domingo. José Ignacio Zambrano Cabrera conducía ebrio un automóvil a la altura de la ciudadela Belo Horizonte, lo que provocó que impacte a otro vehículo que también circulaba por vía a la costa, perdió el control, el carro se elevó y cayó sobre tres biciusuarios: un abuelo y sus dos nietos.
Bosquito de Jesús Mora, de 71 años, Bosco Eduardo Mora Loor, de 17, y su hermano Vinicio Mora Loor, de 15, estaban en la acera esperando a que les entregaran unas bicicletas para ir a la ciclovía. El causante intentó huir pero fue detenido por un uniformado de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM).
Este es un nuevo caso de imprudencia que muestra la falta de seguridad vial en nuestra ciudad. El diseño de esta vía, al igual que el de otras de la zona urbana, permite que los vehículos motorizados circulen a exceso de velocidad y no existe la infraestructura adecuada para evitar las muertes, en el caso de que ocurran siniestros.
Se necesitan reductores de velocidad y semáforos (no puentes antipeatonales), así como disminución de los límites máximos de velocidad. Vía a la costa no puede seguir siendo una pista de carreras, donde se permite circular máximo a 90 kilómetros por hora, sino un espacio seguro principalmente para peatonas/es y biciusuarias/os.
El alcalde Aquiles Alvarez se pronunció tras el siniestro y aseguró: «Hay cosas que se escapan de las manos con gente inepta e insensible, sin corazón, detrás de un volante. Tomaremos medidas drásticas (que ya están incluidas en el plan que hemos diseñado hace un mes). En esa vía SÍ se necesitan radares, por ejemplo».
Es correcto que se piense en implementar radares y toda medida enfocada en reducir la velocidad, pero es un error pensar que estos son hechos que «se escapan de las manos». No son accidentes sino siniestros y las muertes en las vías se pueden evitar con infraestructura adecuada y control efectivo y permanente.
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Si la ATM realmente impulsara la seguridad vial, se evitaría que asesinos como José Ignacio Zambrano Cabrera estén al frente de un volante: en los últimos cuatro años, el auto de placas GSZ-7625, registra al menos cuatro multas por exceso de velocidad.
Esto demuestra que no fue accidental. El exceso de velocidad es una de las principales causas de muertes en las vías de nuestro país. A esto se suma que tenía 2,06 grados de alcohol en la sangre, según informó El Universo, cuando lo máximo permitido es 0,3.
Nos solidarizamos con la familia y seres queridos de Boquito, Bosco y Vinicio. Sus muertes pudieron evitarse y deben motivar a las autoridades a tomar acciones para que nuestras vías sean seguras y prioricen a las personas, no a los vehículos motorizados.
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