Diana González nos trae la historia de esta ciclista que, junto a su esposo Tomaso Enea, conforman la Pareja Indestructible. No solo utiliza la bicicleta para competir sino para movilizarse a hacer las compras u otras actividades.
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La primera vez que vi a Derly Gómez de la Torre encima de una bicicleta, casi no la alcanzo a ver. Subíamos un lodazal en una carrera en Sinchal, Santa Elena y pasó ‘volando’ sobre sus dos ruedas. Era mi primera carrera y solo alcancé a pensar: wow.
Todo el que haya competido o siga los torneos ciclísticos amateur de Ecuador, sobre todo en la Costa, conoce a Derly y a su esposo Tomaso Enea. Les llaman la Pareja Indestructible o de Terror, quizás por su calidad o por su look aguerrido.
Pero lo cierto es que Derly es todo lo contrario a terrorífica, fuera de competencia. Su voz es suave y su amabilidad extrema. Está completamente enamorada del ciclismo en todas sus formas y agradecida por haber conocido este deporte, gracias al incentivo de Tomaso.
Al comienzo, ella lo acompañaba a competir y poco a poco le llamó la atención el deporte. Tenía 28 años. Aprendió más técnica y su calidad aumentó a medida que entrenaba más. Ha pasado una década de esto y ya no recuerda en cuántas carreras participó, pero sí que en un año fue a más de 30.
Hoy, la bicicleta está presente en casi todos los aspectos de la vida de Derly.
“La utilizo para movilización en la mañana, comprar frutas ir al mercado y como entrenamiento en otros momentos del día”, cuenta.
Como vive en Montalvo, Los Ríos, su provincia natal, tienen amplias montañas para recorrerlas. Ahora no solo anda con Tomaso, sino con sus hijos y con las decenas de amigos que los visitan para hacer rutas y disfrutar de los paisajes cercanos.
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“Me siento feliz, el hecho de estar trepada en la bici, disfruto el paisaje la naturaleza, cuido mi salud. Cuando estás metida (en el ciclismo) conoces a muchas personas, conoces muchas amistades, la humildad que tienen, cómo luchan en las carreras y lo dan todo”, dice respecto a lo que más le gusta de la práctica.
“La bici es parte de mi vida. Me da paz, gozo, de eso se trata, de disfrutar esos momentos”
Derly Gómez de la Torre
También admira el poder transformador de la bicicleta, en ella y en los demás. ‘Cómo se convierte en un estilo de vida y te enamoras cada día más de lo que haces’, cree que le diría a cualquier mujer que quiera comenzar, que se animen sin dudar, que al principio es un poco complicado y que hay momentos en los que uno cree que no puede, pero hay que meterse en la cabeza que “mientras más difícil es la circunstancia, más grande es la victoria”.
Aunque anda en bicicletas de todo tipo, prefiere las que la llevan a la montaña. También practica algo de ruta y cuando sale a hacer paseos urbanos, los disfruta porque utiliza el mejor instrumento para moverse y conoce la ciudad.
Derly, además de ser comerciante y ciclista, es ama de casa. Tiene tres hijos y ahora está viviendo un sueño nuevo junto a su hija Tiziana, quien ha comenzado a pedalear con la familia. “No quería exigirle que pedalee y dejó que ella se desarrolle sola. Empezó a salir con los amigos, los vio cayendo, enlodados”, cuenta. Ahora Tiziana también está viviendo eso y ganando trofeos.
Para Derly, lo mejor de esto es que los chicos mantienen su mente ocupada y disfrutan juntos.
#LaBiciMeEmpodera
(Imagen principal tomada de Club de Ciclistas Mtbiker Guayaquil)