Aunque el título parezca una visualización pesimista de toda obra que esté dirigida al tránsito vehicular, el que redacta está en contra del progreso o que no ama a su ciudad, pues, toca decir que es algo que ocurrirá, si no es en los próximos años, en las próximas décadas ¿Cómo puede ocurrir?
En la ciencia del transporte y movilidad urbana se conoce como Tráfico Inducido o Demanda Inducida, al progresivo aumento del tráfico vehicular en aquellas calles o autopistas nuevas que fueron construidas precisamente para disminuir la congestión vehicular.
Este fenómeno ocurre frecuentemente cuando se busca aligerar el tránsito automotor bajo la lógica de “asignar más espacio, brindará mayor fluidez vehicular” y fue advertido en Estados Unidos en 1930, cuando el arquitecto Robert Moses empezó la construcción del puente Triborough para descongestionar el puente Queensborough, construido en 1909. Al poco tiempo, éste también se congestionó, por lo que derivó en la construcción de un puente adicional, el Bronx-whitestone, en 1937. Finalmente, los tres puentes se congestionaron, todo en menos de 30 años.
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Este fenómeno lo vemos también en Guayaquil. Los carriles de la vía Perimetral fueron ampliados en menos de 30 años; o que en las avenidas Quito y Machala aún se congestionan después de haber retirado a los buses urbanos.
¡Pero agárrese! Este no es el único problema que conlleva el construir monumentos al auto.
1.- Reducción de la caminabilidad
Será un claro retroceso hacia modelo de ciudad compacta caminable al que muchas ciudades están migrando. El espacio donde confluyen pasos a desnivel poseen veredas de un ancho reducido que aumentan la probabilidad de siniestralidad ante la velocidad de los vehículos. Una ciudad caminable, es una ciudad placentera y segura para caminar.
2- Aumento de espacios inseguros
Lugares que la mayor parte del tiempo están abandonados, como los que hay bajo los puentes, son espacios desaprovechados e inseguros para el peatón, quien tenderá a esquivarlos principalmente en horas de la noche para evitar posibles asaltos, principalmente mujeres que enfrentan acoso. ¿No hemos cruzado rápido en la noche bajo un paso a desnivel?
3- Reducción del espacio para el uso de bicicletas
Aún estamos a tiempo de rediseñar las actuales avenidas en miras de la utilización de vehículos no motorizados, que brinden las seguridades correspondientes como ciclovías. Los puentes, ampliación de carriles y pasos a desnivel incitan al incremento de la velocidad por lo que estos espacios serán excluidos para los bici-usuarios.
4- Mayor contaminación
La demanda inducida aumentará el número de autos en aquellas avenidas que se hacen modificaciones para el aumento del flujo vehicular por lo que estos espacios serán mayormente expuestos a la concentración de ruido y gases.
5- Reducción de espacios permeables y arbolado
Menos cemento y más árboles reducen inundaciones (así como lo lee). El mejor drenaje es el natural, los espacios sin pavimento favorecen a la filtración del agua lluvia y evitan inundaciones en combinación con el arbolado urbano, el mismo que aprovecha el agua de lluvia para evaporarlo. La reducción de estos elementos nos condena a las inundaciones, producto de las próximas lluvias que acontecerán con mayor intensidad a causa del cambio climático; mucho más si las calles fueron construidas sobre áreas inundables como Guayacanes, La Alborada, Sauces o Garzota.
6- Aumento de calor
La intensa sensación de calor de la ciudad no precisamente es porque Guayaquil es caliente por alma y espíritu. El cemento acumula calor del Sol y lo libera durante el día y la noche, en tanto que el suelo permeable ejerce una función contraria. El arbolado urbano no solo brinda frescura con su sombra, también reduce la temperatura por intercambio de flujos energéticos mediante la evapotranspiración.
7- Reducción del derecho al uso del espacio público
El espacio público para los ciudadanos y los ciudadanos para el espacio público. No se está construyendo el espacio público para todos sino para los poseedores de un auto, dejando atrás a los bici-usuarios y peatones. Algunos pueden ser choferes, pero peatones somos todas y todos.
¿Hay marcha atrás?
Los Objetivos del Desarrollo Sostenible nos solicitan ejecutar acciones contra los problemas mencionados, ante la inminente amenaza del cambio climático, por lo que será necesario repensar obras que favorezcan principalmente a la peatonabilidad, el uso de medios no contaminantes, la seguridad, la reducción de la contaminación, el aumento de la vida silvestre y acciones contra el cambio climático.
Algunas estrategias pueden ser:
- Repensar en parterres centrales y veredas con ´árboles frondosos, asignando suelo permeable
- Aprovechar los espacios abandonados bajo los pasos a desnivel existentes con negocios o servicios municipales. Esto dará mayor sensación de seguridad
- Diseñar ciclovías siempre del lado opuesto a los buses de transporte público. Esto evitará la invasión del carril de la ciclovías al recoger pasajeros
- Evitar la tentación de reducir las veredas para ampliar los carriles vehiculares e incentivar la inversión en negocios y campañas continuas de concientización para el peatón y conductor
- Invertir en la mejora y el incentivo del uso del transporte público
Para evitar la congestión vehicular, antes que cualquier proyecto vial que se congestionará con el tiempo, es menester desincentivar el uso del automóvil. Después de todo, ya lo dijo el exalcalde de una de las ciudades más caminables del mundo, Enrique Peñalosa: “Una ciudad avanzada no es en la que los pobres pueden moverse en carro, sino una en la que incluso los ricos utilizan el transporte público”.